Muy interesante este artículo de Víctor Montoya
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El ilustrador debe conocer el desarrollo senso-motriz de la infancia, con el fin de entender la actividad creativa propia del niño; es más, debe saber que cuando un niño tiene un lápiz en la mano, lo primero que hace son líneas sin convicción hasta darle una forma redonda, a la cual sólo le falta tres puntitos para que represente el rostro humano, pues los ojos y la boca son órganos a los cuales el niño atribuye muchísima importancia. Luego de los ojos y la boca, dibuja los brazos y las piernas, consistentes en dos rayitas verticales y horizontales. Posteriormente, éstas líneas difusas toman forma más estilizada y realista, a pesar de que muchos niños, a la edad de ocho años, siguen haciendo composiciones abstractas y expresionistas que, para un adulto, son de difícil comprensión, o como diría Pablo Picasso: imitar los seres y las cosas resulta muy sencillo para el pintor, lo difícil es imitar la creatividad de los pequeños pintores.
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http://www.leemeuncuento.com.ar/ilustraciones.html
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